Después de haber besado a muchos sapos que se cruzaron por mi camino, y de tener en mi lista de conocidos a hombres de distintas, muy distintas personalidades…puedo decir que conozco y entiendo mucho a los hombres, casi al punto de terminar convirtiéndome en el mejor amigo (literalmente) de muchos de ellos. Con 24 años y una estricta lista de desaciertos en el plano amoroso, puedo decir que lo que sí tengo son anécdotas por contar…
He conocido la simpatía de los hombres galanes, esos que abren la puerta y pagan la cuenta con tal de que una piense que son los hombres ideales; pero esos, aunque suene raro reconocerlo, no llamaban mucho mi atención. Conocí a los místicos, los que tenían cierto magnetismo en sus palabras y se aprovechaban de mis creencias personales y de mis muchas excentricidades para llamar mi atención. También he conocido personajes cultos, buenos con las palabras y algo poetas, cosa que a decir verdad sí me llega, porque los que me conocen saben que soy amante de la sensibilidad, pero aunque disfrutaba de magnificas tertulias y me sentía comprendida, mi espíritu rebelde no se lograba conformar. En la lista no puede faltar el tacaño, el que se lo trataba de «marranear» a uno en la cara, y aunque no pretendo tener a mi lado a un hombre que me robe mi independencia y me pague todo, debo decir que por cuestiones de cortesía, lo que pasaba con este personaje ya no era normal… No puedo dejar de nombrar al patán de patanes, el que lastimosamente conseguía más de una cita conmigo y, para mi pesar, lograba conquistarme.
Después de haberme frustrado emocionalmente y de haber sido tan débil como para dejar que un hombre cualquiera pisoteara mi propia estima en más de una ocasión, confieso que vivir rodeada de gatos, sola, con muchos amigos, centrada en mi profesión, me resultaba la mejor opción…pero cuando supuse tenerlo todo planeado, lo conocí a él…. Al culpable de haber dejado atrás mis muchos meses de soltería y ,aunque suene algo cursie, al culpable de haber vuelto a creer en el amor; y no hablo de ese amor romántico, típico de telenovela, sino a ese amor maduro, único y especial. Ese que no dispone ni de máscaras, estereotipos ni tapujos, y que me demuestra día a día que esta vez sí es real.
Hoy, disfruto de su compañía, de sus tonterías, de su apoyo, pero ante todo de su humanidad… de su acento andaluz (que aunque él quiere no se me pega) y de las bobadas y los nuevos lenguajes que creamos juntos. A él le puedo mostrar, sin miedos ni prejuicios, la peor y la mejor versión de mi. Y aunque nuestra historia de amor no siempre resulta ser un cuento de hadas, porque somos dos seres humanos con enormes cualidades, pero así mismo con múltiples imperfecciones, hoy estoy segura de que él es mi hogar.
Hoy, nos reímos juntos de nuestras anécdotas, combinamos lo mejor de ambas culturas, y poco a poco construimos algo muy parecido a un hogar. Hoy todo lo pasado, es pasado, y se convierten en crónicas de soltería que en días como hoy se vale recordar.
Colega admiro cada letra y palabra que nace desde lo mas profundo de tu ser . Muchos éxitos en tu futuro lleno de ilusión al lado de un amor sin condición 🙂
Gracias Jess, qué lindas palabras. Lo mejor para ti también. Gracias por leer 🙂
Quien no ha tenido malentendidos amorosos? A todos creo que nos ha pasado. Es una historia muy bonita, son los pasos de la experiencia, el pasado que quieras o no está siempre ahí, para recordar que cada uno cometió sus aciertos y errores y aun así la vida sigue, nunca se detiene.
A mi novia le paso lo mismo, fue pisoteada por tipos cualquiera y aun así no perdió la fe en encontrar el amor. Me gusta tu blog, un saludo
Kurban, muchas gracias por leer y me alegra que te guste mi Blog. ¡Sigo también el tuyo! y un placer conocerte. Saludos
Muy bonito mi escritora favorita