«La misma sensación; una vez más necesito huir, necesito refugiarme en lo único seguro: la escritura.
Ha vuelto el tedio, el mismo que ayer sólo que está vez lo siento algo peor, más enfurecido. Me ha dado un beso en la frente, un beso frío pero con dulzura, como si él, por un momento, se apiadara de mí. Me siento ahogada mientras lo miro, como si no tuviera escapatoria, su irónica presencia sólo me recuerda «Estoy aquí».
Me hace sentir aburrida de lo que no soy y de lo que no tengo. Me desespero entre el silencio, los años conmigo se lo han enseñado bien, no soporto el silencio…quiero huir.
El tedio me abraza, me vuelve vulnerable, me aleja del mundo. ¡Necesito escribir!, ¡Necesito vivir!, pero vivir qué ¿El tedio? ¿la rutina? el pastel sin sabor en que he convertido mi vida… ¡Bahh! prefiero escribir.
Qué fastidioso es el tedio, me suspende en el aire mientras mi fortaleza lucha contra las ganas de querer llorar, pero ahí está él, el tedio sonriente, el sonriente tedio, que me reta a seguir jugando ese juego que, por su mirada segura, me temo que va a ganar.
Maldito tedio, por qué tantas visitas constantes, por qué llegas sin avisar en los momentos más inoportunos, en los momentos en que lo último que necesito es verte. ¿Acaso no tienes a alguien más a quien visitar?. Por qué me incitas a lo incierto, por qué me atrapas entre una vida que no quiero. ¿Dónde queda mi libertad?.
Aveces no puedo contra ti, las palabras se me desaparecen de mi boca, pero en defensa, mis dedos que no se agotan comienza a moverse rápidamente mientras redimen silenciosos las palabras que me obligas a callar. ¿Redención?, ¿Libertad? Sí, escribir me da libertad. Me hace huir de tu oscuridad, me da lo que tú me quitas: paz.
¿Hasta cuándo te quedarás?
El tedio o esa sensación de no querer hacer nada, de no tener interés por nada…es una sensación desagradable y que quita la paz y las ganas de seguir adelante.
Me gusta mucho tu escrito, hay palabras muy bellas. Y me gusta la solución de escribir, de hacer que tu libertad gane a la falta de interés, de alegría, que gane al tedio. Escribir nos ayuda a tener claras las ideas y a entender porque sentimos tedio, a conectar con nosotros y nuestra esencia, para entendernos y comprender nuestros sentimientos.
El tedio, no lo relaciono, se me hace rara la palabra, aunque si es la sensación de no querer hacer nada a veces, pues suele pasar, no todos los días son iguales y hay veces que nos coge algo indescriptible, pero pasajero, todo pasa.
Hola, Lucía! Me ha gustado mucho tu estilo. El personaje te atrapa y te hace empatizar con sus sentimientos. Y quien no ha sentido tedio alguna vez para comprender al personaje aunque sea un poquito.
Lucía muy bonito escrito y las palabras que compartes son muy ciertas. Cuando llega el tedio, la pregunta que uno siempre se hace al principio es ¿Hasta cuándo? seguido en mi caso de ¿Para qué o por qué ahora?
Gracias Diana, me alegro que te haya gustado y que te hayas sentido identificadas. Yo creo que muchas hemos recibido esa desagradable visita de vez en cuando. Me pasaré por tu Blog!
Te metes dentro del personaje y te apropias.. bueno bueno abrazos.
¡Muchas gracias por tu comentario y por leerme! Un saludo
Veo mucha lectura y un conocimiento profundo de aquel que juega con las palabras y hace carambolas
🙂
Esta joven escritora se va superando poco a poco, buscando la pura belleza y a la vez hablando de temas muy profundos, un consejo escribe alguna vez cuando estés feliz
Sent from my Xiaomi