Y en la felicidad de las cosas pequeñas se encuentra mi primera entrevista laboral en inglés, una clara felicidad acompañada por un manojo de nervios, una pequeña voz que grita ¡Tú no puedes! y una satisfacción extrema porque al final de todo… sobreviví y lo hice muy bien. Cuando salí de la cita ni yo misma lo podía creer.
Este año me ha sido imposible empezar a trabajar en algo a fin a mi profesión, más que nada porque mi carrera se basa en la comunicación, y aunque me siento cómoda hablando y puedo mantener una conversación con todo tipo de temas (mejor dicho me hago entender), no me siento debidamente preparada para escribir artículos con un inglés perfecto que claramente aún no tengo. Por el contrario, he trabajado en otras áreas y explorado tantas sensaciones, que si le preguntara a la Luisa de otros años, seguro ni se hubiese planteado la posibilidad de que algún día las tendría que hacer.
He probado mi equilibrio cargando bandejas, y he perfeccionado mi oído tratando de entender acentos de todas las nacionalidades pidiéndome platos que ni siquiera podía deletrear; he limpiado baños, preparado bebidas y servido cervezas que me hubiese gustado tomar bajo este sol infernal. He manejando la caja de dinero de un restaurante con una moneda que no es mi moneda natal, y he descubierto mis habilidades con la escoba y el trapero, que hasta fanática de la limpieza creo que me volví. He conocido tantas personalidades como maneras de pensar e ideologías, que la Luisa que salió de Colombia seguro que no regresará igual.
He sido víctimas de estereotipos por ser latina y por trabajar en temas como el que les cuento, pero también he sido feliz con el hecho de probarme a mi misma y a mi familia, que puedo hacer de todo, y en todo lo que hago pongo todo mi empeño porque soy más que capaz. (Como dice la canción si eres zapatero tienes que ser el mejor). He dejado atrás mitos y prejuicios, entendiendo en carne propia que una universidad y un título no hacen a una buena persona. He conocido tan bonitas y exquisitas personas, mil veces más educadas, trabajadoras, echadas pa´adelante y ante todo bondadosas, que algunos que se llenan la boca murmurando logros y mostrando un currículo lleno de estudios pero sin nada de educación. pero lo más importante, he aprendiendo a respetar y admirar trabajos que no son muy bien visto ni recompensados por una sociedad vacía y superficial que sólo se fija en lo que la moda y el estándar dice que es verdad.
He hecho y vivido tantas cosas en este año, hasta que la semana pasada tocó a mi puerta una muy buena e interesante oportunidad laboral… y sí, es en un área de la comunicación, y lo mejor de todo para escribir en español.
Hoy pasé mi primera prueba, la más difícil… perderle el miedo a sentirme buena para ser periodista en otro país. Por eso mismo, sea cual sea el resultado, ya me siento realizada y contenta porque salí victoriosa de la prueba que la vida me quiso en este momento invitar a vivir.
Ya me llegará mi hora de trabajar en algo que apasione a mis dedos y a mi corazón. Les estaré contando si consigo el trabajito. Por ahora seguiremos trabajando con la escoba, el trapero y la sonrisa amplia con la que recibo día a día a mis huéspedes. Mejor no preocuparnos por lo que todavía no tenemos, disfrutemos lo que sí vemos y a todo metámosle el corazón.
¡Que sea lo que deba ser!
Lú
Que bonito ! Éxitos seguro lo lograrás !!!
Gracias.. que así sea si conviene 😀