Hola,
Para mi uno de los mayores placeres de mi vida es poder escribir, es casi como una experiencia religiosa, una catarsis muy personal. Siempre he dicho que soy mucho mejor con las letras que con las palabras. Por eso, hoy, por tercera vez, decidí abrir nuevamente un blog y espero no morir en el intento…
Hoy asistí a un seminario llamado Mujer inmigrante y Explotación Sexual, y déjenme decirles que personalmente me conmovió. Terminé amando haberme involucrado con esto de los derechos humanos, soñando con lo que quiero hacer y formulándome un millón de preguntas y reflexiones acerca de lo que viví y escuché hoy.
Yo sé que día a día estamos expuestos a noticias sobre prostitución, pero se ha vuelto tan común en nuestro vocabulario, que lo dejamos pasar como un hecho ausente y lejano a nosotros, olvidando que justamente estamos frente a la bien llamada “esclavitud del siglo XXI”.
La trata de personas, entiéndase como explotación sexual, laboral, venta de órganos, matrimonios forzados, etc… está considerada actualmente como el tercer negocio más lucrativo del mundo, casi a la par que el narcotráfico y la venta de armas. No les parece terrible… ¡el tercer NEGOCIO! Como si se tratara del intercambio de ropa o zapatos, cuando lo que se “negocia” es la vida de chicas y chicos, como mi hermanito pequeño, como tú y como yo.
Lo más terrible es la culpabilidad que tenemos todos dentro de este cruel negocio. Sí, culpabilidad porque, tanto tú como yo, nos hacemos los de la vista gorda, porque tú y yo criticamos la forma en cómo va vestida la chica parada en aquella esquina; porque ,tal vez, conocidos tuyos o míos frecuentan los famosos “puteaderos” (como decimos en Colombia) o “bar de chicas o puti clubs” (como dicen aquí en España).
Recuerdo en este momento cuántas veces he pasado, de noche, por la Calle Montera en Madrid y aparto mi mirada cuando veo a esas mujeres, que a leguas se nota que son extranjeras, con falda corta y mirada coqueta esperando contactar a un hombre o mujer, para empezar a trabajar. Aparto mi mirada, no porque lo haga intencionalmente, sino porque nuestra misma sociedad nos ha enseñado a ser apáticos, indiferentes, mal pensados, juzgones… y no nos detenemos a pensar que esa misma chica que busca “alegremente” hombres para pasar su noche, esconde bajo su maquillaje angustia, porque tiene que cumplir con el número de clientes que les exigen las redes de trata; dolor, por el daño y las humillaciones a las que se ven sometidas a diario, y vergüenza, porque definitivamente no están ahí por voluntad propia.
Según la OIT hay 2,5 millones de víctimas de explotación sexual, principalmente de países de origen como Europa del Este, África y por supuesto, Latino América. .. y ¿A qué países vienen? No hace falta decirlo.. a los ricos, a los desarrollados, a los que creemos que nos ofrecen un futuro mejor!
España, hablo especialmente de este país por los datos recogidos en el seminario, es el 2do país de destino a donde llegan las víctimas de la trata de personas, seguido por Japón, India y Estados Unidos. Y saben lo peor, los principales consumidores en este momento son los jóvenes.
¿Pensabas que eran las personas mayores?, pues no! Son los chicos entre los 15 y los 35 años que van a desfogar sus ganas con una “puta”, como mal llamamos, sin saber que están aportando su granito de arena en la consecución de esta forma de esclavitud.
Todas ellas, como tú y como yo, no soñaron con convertirse en prostitutas, ni su mayor anhelo era vender su cuerpo a cambio de un sueldo que ni siquiera ven…ellas llegaron, a otros países ajenos a los suyos y separadas de sus familias, con nuestras mismas ilusiones «nuestro sueño americano o europeo”, con la posibilidad de trabajar y ganar en dólares o euros para mantener a sus familias, pero lamentablemente no contaron con nuestra misma suerte.
Desde cada profesión podemos alzar nuestra voz: SIN CLIENTES NO HAY TRATA. Si eres abogado, arquitecto, ingeniero, periodista… lo que sea ¡no importa! con sólo informarte bien y compartir la realidad con tu grupo de amigos hacemos algo a favor. Así sea iniciar esa tarea tan importante de sensibilizar. Yo por mi parte utilizo mi don, mi profesión: las letras, y expreso mis sentimientos a través de los medios de comunicación que cada vez son más y más inclusivos y están a nuestro servicio. Espero seguir informándome, seguir preparándome,para que en un futuro muy cercano pueda, desde mi profesión de periodista, trabajar a favor de esas mujeres que necesitan menos criticas, menos juicios y más apoyo y comprensión.
Esto fue mi primer post, una pequeña reflexión personal, como dije arriba: mi catarsis personal (aunque si escribiera todas, no acabaría hoy). Ya saben ¡No hay trato con la trata! Dejemos de preocuparnos menos por bobadas y superficialidades y centrémonos en lo que está pasando al frente de nuestras narices.
Seamos mejores profesionales, pero ante todo MEJORES SERES HUMANOS.
Que lindo post Luisa tienes tanta razón en el sentido que vemos el problema pero como no nos atañe nos hacemos de la vista gorda y tenemos tanto que aportar…
Las mujeres somos tan poderosas y no lo sabemos, además que tenemos miedo a demostrarlo en esta burbuja machista y descarada, que todos los dias quiere aplastar nuestros sueños con el gigante puño del » hacernos creer que somos propiedad de quien le apetezca»
Saludos !
Sí,mira que ese post es de 2014, y estamos en 2016 y muchas cosas siguen igual. La misma realidad para algunas de nosotras 🙁
Està buenìsimo. Lo compartirè con la gente del màster.
Gracias Albi