¿Estar acompañados o estar solos?, la pregunta que vivimos tratando de respondernos. Cuando somos uno, anhelamos poder compartir nuestra existencia al lado de alguien más, contar con alguien más; tener un hombro amigo con el cual descargar todos nuestros miedos, encontrar a una persona que nos haga sentir más seguros y nos ayude a encontrar un escondite seguro en los momentos en que le tememos a la vida y queremos escapar… queremos a alguien que nos recuerde lo que con frecuencia olvidamos que somos fuertes e inquebrantables. pero cuando aparece y aprendemos a compartir toda nuestra existencia al lado de ese ser; y dejamos que el uno se convierta en dos…en nosotros, necesitamos motivos para volver a acercarnos a esa persona que somos y que aveces guardamos y olvidamos en un cajón de la habitación. Y no es que la otra persona nos quite libertad o el amor exija renuncias, porque si el amor te obliga a hacer eso, sencillamente no es amor. Lo que pasa es que que nos vamos acostumbrando a estar siempre tratando de unificar planes, de encontrar sueños similares que nos den el coraje para seguir luchando juntos, seguimos compartiendo paisajes,tristezas, alegrías, vida..rutinas, que empezamos, sin darnos cuenta, a postergar los planes que teníamos acordados con nuestro verdadero yo.
Hace mucho no escribía porque siempre que lo quería intentar encontraba una excusa perfecta para hacerlo… «después» : Primero el trabajo, primero un descanso después del trabajo, primero una siesta, las citas, el estudio…los encuentros con amigos para perfeccionar el inglés…primero todo menos lo mío, lo verdaderamente mío, me estaba olvidando que antes de venirme a esta isla lo que más me hacía ilusión era imaginarme escribiendo en un cafecito frente al mar , tan bonito como este, acompañada únicamente por una copa de vino blanco y mi computadora. Dejando fluir los verdaderos deseos de Luisa, la pequeña niña que me pedía a gritos un poco más de atención.
Necesitaba ésto. caminar sin prisa y con pausas, sin ser esclava del insolente tic tac del reloj, sin el sonido del Whastapp al que le doy todo el permiso de robarme varias horas de del día, y lo más importante siendo consciente y no ausente del día que habito hoy.
Mientras venía a este sitio, y me sentaba por primera vez a escribir mientras me deleito del arrullador sonido de las olas del mar, todas las personas que vi en el camino me susurraban historias, todos los paisajes que están frente a mi se convierten en el escenario perfecto de futuras vidas que espero contar. Hoy todas las situaciones me cuentan algo… hoy mi yo interior podrá dormir feliz y en paz….
Estoy casada, soy madre, tengo un montón de obligaciones que a veces me impiden encontrar esos momentos mios pero siempre lucho por conseguirlos porque los necesito 🙂
Muchas gracias por leer mi post y por tu comentario!! nos toca conseguir esos pequeños espacios para dejar salir a nuestro verdadero yo, y por supuesto, para dejar fluir nuestras emociones y pasiones internas. Un saludito!!