Todo comenzó como una noche normal. Mi novio salió y quedé sola en el apartamento. Me gustan estos momentos porque son los espacios que tengo para mí. Para ver alguna película romántica que me guste, sin que él me diga que es cursi- aveces quiero ver cosas cursis- para leer, aunque ayer acabé el último libro en Español que tenía en Malta, o para seguir viendo alguna de las series que sigo en el momento. Hoy no pensaba escribir, quería todo menos eso, porque después de estar 8 horas traduciendo artículos de inglés a español lo último que quería era sentarme en el computador para seguir poniendo a trabajar mis dedos en teclado; pero se me olvidaba que esto para mi no es trabajo, sino una pasión y aquí estoy… escribiendo. Encendí un incienso de sabio blanco, mi favorito, me serví una copa de vino rojo que compré justamente hoy, y me senté pensativa frente al TV mientras abría el Popcorn y trataba de escoger una película- siempre me demoro siglos haciéndolo. Para amenizar la espera decidí escuchar una canción que tengo pegada en mi mente desde que la escuché en la oficina esta mañana: Desesperado de Andrés Cepeda. Empecé a escucharla, mientras bebía a sorbos mi vino, y empecé a pensar en la novela que aún no he empezado a escribir, mi primera novela.
Me sentí tan a gusto, que se me ocurrió la idea de dejar que Youtube diriguiera mi noche. Cerré Popcorn, fui a buscar la libreta que siempre cargo conmigo- ya saben que dicen que los escritores siempre deben tener una mano por si nos agarra una inspiración momentánea fuera de base, y así de sencillo empecé simplemente a dejarme llevar. Andrés Cepeda y sus canciones romanticonas, seguidas de otros artistas que, aunque me pese reconocerlo, marcaron mi infancia y mi adolescencia. Casi no recordaba cómo era que aún recordaba la letra de muchas de las canciones que he escuchado hoy. Tal vez hacen parte de los recuerdos que creemos perdidos pero que nunca se olvidan, o tal vez hacen parte del presente que debemos recordar. Poco a poco y después rápidamente, empezaron a llover ideas a mi alrededor. Cada canción me hablaba de un sentimiento en particular, de sentimientos que no eran míos sino de los 4 personajes que me susurraron su vida mientras me pedían que les diera la oportunidad de vivir. Quieren cobrar vida. Me hablaron con nombre propio, empecé a escuchar sus problemas, a entender su historia, compartir sus miedos y a anotar ideas sueltas de lo que sería su vida… empecé a crear la historia que desde hace mucho tiempo quería, pero que no sabía cómo escribir.
Soledad, Ángel, Octavio y Penélope esperan nacer en mis letras y tomar vida propia, y yo espero seguir dejándome llevar por mis momentos a solas para dejarlos existir.
Qué bonitos los momentos a solas. A veces la inspiración nos quiere tomar así. Solos, con la mente en blanco y ganas de vivir.
Gracias, ahora sigo a andrés cepeda jajaja. Termine con mi novio, se va lejos y no quiso atarse a mí… pero me siento tranquila, me puse a escribir y buscaba la imagen que tienes, pero ahora con andrés cepeda, sentí esperanza, gracias…. y sí, escribir sana. Un abrazo.